1 ago 2011

¿Es una festividad pagana?

Para muchos la noticia de la celebración del Año Nuevo Armenio según el antiguo calendario armenio fue obviamente una sorpresa, una grata sorpresa. Teniendo en cuenta que para algunos ha traido aparejado una duda acerca de que esta festividad es una festividad pagana quisiéramos hacer aquí unas pequeñas aclaraciones que serán de ayuda.
En primer lugar la definición de año es: “Período de doce meses, a contar desde un día cualquiera”. Una segunda acepción que complementa la anterior es: “Tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del Sol. Equivale a 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos”. Obviamente de esto se deriva que el año es una unidad de medición del tiempo, por lo que si nos encontramos ante expresiones como “año chino”, “año árabe”, “año incaico”, “año armenio”, etc., lo que se quiere decir es “Unidad de tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del Sol, según la medición de los chinos, árabes, incas, armenios, etc.….”.
A su vez el año como unidad de tiempo está organizado por un calendario. Calendario significa puntualmente: “Sistema de representación del paso de los días, agrupados en unidades superiores, como semanas, meses, años, etc.”  Si hablamos de calendario armenio nos referimos a como los armenios organizaron esta enorme cantidad de tiempo. El particularismo del calendario armenio es que consta de 12 meses, todos de igual duración, es decir todos de 30 días y un mes complementario de 5 días.
Estas definiciones nos muestran que una unidad de tiempo, el año y su organización en un sistema, el calendario no tienen más contenido que cualquier sistema de medición. Claro está que cada pueblo en cada momento de su historia marcará en su calendario las festividades civiles y religiosas que desea festejar por lo que el sistema de medida “año” tendrá connotación religiosa, militar, social, civil, etc., cambiante como lo es la historia de cada rincón del planeta.
La adopción del cristianismo en Armenia y la proclamación del mismo como religión oficial de Estado en el año 301 no trajo aparejado un cambio en el calendario por lo que el año nuevo se siguió festejando el 11 de agosto hasta el siglo XVIII. Claro está que se le fue incorporando varios rituales de la tradición cristiana, por ejemplo la Navidad (Nacimiento de Cristo) se festejaba el día 29 de Kajóts es decir el 6 de Enero, la Bendición de las Uvas el 5 de Navasárt (15 de agosto) sin ningún problema ni contradicción.
El calendario armenio estuvo en vigencia hasta que el katolikós Simeón Erevantsí –que encabezó la Iglesia Apostólica Armenia entre 1763 y 1780- decidió adoptar oficialmente el calendario internacional como forma de universalizar el criterio de medición del tiempo anual. Analizando el contexto socio-político de la época, vemos que a fines del siglo XVIII y principios del XIX se comienza a vislumbrar el comienzo del despertar nacional, un lento pero seguro camino hacia el progreso y la liberación nacional, teniendo a Europa como modelo. Este hecho y otros posteriores fueron medios para tratar de romper la aislamiento forzado por siglos de dominación turca y persa.
Tapa y primera página del calendario-almanaque oficial de la Iglesia Apostólica Armenia de este año 2007. La fecha según el calendario armenio está en el segundo lugar con el título de Verdadera Fecha Armenia 4499-4500.

Paradójicamente fue la misma Iglesia Armenia quien mantuvo vigente el recuerdo del calendario tradicional. Desde hace décadas inclusive en la época soviética, la Santa Sede de Echmiadzín publica el calendario-almanaque oficial en el que se detallan las conmemoraciones y festividades eclesiásticas día por día. En todas estas publicaciones en la primera página siempre figuró y aún figura junto con el año internacional, el año tradicional armenio.
Lejos de ser un signo de snobismo, el calendario propio es parte del patrimonio cultural de un pueblo y  un legado de su propia historia. En la actualidad varios pueblos como los judíos, los chinos y los árabes mantienen su propio calendario junto al calendario internacional, como expresión de su identidad cultural y religiosa.

Sergio Kniasián

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